miércoles, 26 de agosto de 2009

Clandestinidad


He intentado escribir en mil palabras el significado de un sentimiento y sigo borrando cada idea…


Caminaba de noche, despacio, sigiloso con aire detectivesco y la apariencia cautiva en el sinsabor de engañarla con cada paso. A sus casi treinta años era lo más difícil que le había tocado hacer.
Giró en la esquina de Montalván con las Artes y descubrió un parque que lo esperaba silencioso como todos los miércoles a las 8:30p.m.
Una mujer de hermosos ojos negros y mirada sincera esperaba nerviosa en una banca, él se acercó cuidando sus pasos y por detrás le dejó un beso en la mejilla; la mujer salto de susto y pegó un grito que se ahogó al verlo…


- Hijo de tu “$·%...casi me matas de un susto


Se rió disimuladamente y la abrazó con cariño, sus miradas siempre se esquivaban, como quien no quiere ver lo obvio de aquella escena.


- Te estuve esperando casi media hora


En sus ojos una molestia impalpable era dejada de lado por una sonrisa, se volvieron a abrazar, él apretó lentamente su cintura para disfrutar cada segundo en ese intento, ella se perdía en aquel aroma innegablemente atrayente pegada a su pecho.


- No pude salir más temprano, estuve con ella, tu sabes cómo son las cosas
- ¿Cuándo le vas a decir algo sobre mí?
- Bueno estaba pensado que podría ser entre nunca y jamás – le sonrió e intentó no reírse.
- No pues, en serio
- Vamos, vamos, tu sabes que no puedo, ella no lo entendería


El silencio ocupó sus palabras por un minuto y sus pies jugaron a encontrarse, ella volvió a pegar su cabeza contra su pecho y el atinó a abrazarla, una vez más con cariño y con la certeza absoluta de una duda de amor.


- Sabes que te quiero ¿no?
- Si lo sé….gracias
- Imbécil – risas una vez más pero ahora de los dos
- Claro que te quiero, solo que no me gusta decirlo en voz alta
- Bueno, nada que tenga que ver conmigo lo dices en voz alta – le recriminó ella
- Au, eso fue un poco injusto


El silencio otra vez, como ayudando a cubrir los espacios vacios, él la miró seriamente, ella una vez más evitó su mirada…


- Porque me evitas la mirada…dime la verdad es por estos verdes intensos que te derriten – bromeo señalando sus propios ojos
- Uy sí, eso es, estas buenazo – se rió ella
- Yo sabía que era eso, porque nunca me lo dices y evitamos esta tensión sexual
- Tú sabes que no puedo, si lo hago, tendría que echarme encima de ti y besarte…
- Bueno, si es así, tendré que sacrificarme
- Te veo sufriendo eh…


Esta vez la mescla de risas evitó que el silencio aplacara el momento, los ojos de ella se posaron en él, y ahora fue el muchacho el que intentó escapar de su mirada.


- Me gustó hablar contigo pero tengo que irme, en cualquier momento me llama mi novia y prefiero estar en algún lugar donde tenga una coartada.
- Nunca le vas a decir algo sobre nosotros ¿no?
- ¿Sobre qué?
- Tu sabes, no te hagas, que aún somos amigos
- Ehhh…eso….amigos….no…
- ¡¿Por qué?!
- Bueno, tendría que empezar explicándole que aún te hablo, aún te veo….luego tendría que explicarle porque es mala idea que terminemos por eso y luego tendría que buscarme una novia nueva… y la verdad, estoy bien así.
- ¿Amas a tu novia?
- ¿Tú amas a tu novio?
- No me has respondido
- Tu tampoco
- No seas niño
- No seas niña
- Si soy una niña – sonrió
- Y yo soy…
- Un viejo
- Hey, Hey…todavía estoy en base dos, eso es ser niño
- Recuerdas cuando me amabas –presionó ella
- Vagamente – esquivó él
- ¿A quién amaste más?
- Esa no es la pregunta correcta
- ¿Entonces cual es?
- ¿A quién amas ahora?
- Otra vez me respondiste con una pregunta
- Entonces realmente no te respondí nunca
- Me estas confundiendo
- Esa es la idea
- ¿Me amas?
- Te lo puedo contestar en dos palabras
- ¿Te amo? – adivinó ella
- Esas son tus palabras
- ¿Y Cuáles son las tuyas?


El sujeto se puso de pie y se acercó rápidamente a ella posando sus labios cerca a los suyos, y cambiando el rumbo a último minuto logró colocar el beso en su mejilla... en el brilló de sus ojos dejó oculta una respuesta, le dio la espalda y empezó a alejarse


- Nunca me respondiste – le gritó ella a la distancia
- Amistades peligrosas
- Esa no es la respuesta a mi pregunta
- No, esa es la respuesta a mi pregunta – gritó él para asegurarse que lo escuchaban
- No entiendo – gritó un poco más fuerte
- Esa es la idea - dijo sólo para él mientras la dejaba atrás.

A veces somos mucho más de lo que podemos imaginar para algunos, sin saber, dejamos huellas imborrables en la vida de la gente y eso hace que tiendan a retenernos cuando nuestros momentos acaban. Alguna vez me dijeron que las personas entran a tu vida en tres categorías diferentes: Por una razón, por una temporada o por una vida y no importa en qué categoría estén siempre te impactan de una u otra forma, ayudándote a crecer, madurar y aprender… el problema esta cuando hay personas que por alguna razón entra una temporada en tu vida y se queda clavada para siempre en el corazón.

martes, 18 de agosto de 2009

Volviendo a mis palabras


Las noches limeñas son perfectas para olvidar los recuerdos empozados de memorias ajenas y pasados cercanos, eso eras tú o por lo menos así te describía.



Eras la definición perfecta de amor entre mis letras aunque hoy amara a otra persona con un corazón distinto al tuyo, vivía en un mundo que ya no giraba en lo turbio y difícil de tus momentos y la vida era sencilla, hasta quisiera decir feliz, llena de sonrisas y alegrías que por momentos me pertenecían.



Pero aún te amo, y dudo entonces que sea amor lo que siento por aquella mujer que dice amarme con locura. Escondo bajo llave una fotografía gastada y en indeleble el alma incrustada en el negro recorrer de su tinta.



Por siempre tuyo leí….
Por siempre mía esta pena
Por siempre nuestro el recuerdo