domingo, 21 de marzo de 2010

Prescindiendo de ti


La rabia se apodera de él, como cuando alguna vez interrumpiste la serenidad de su alma y lo obligaste a gritar rompiendo el sello de todos sus silencios.

Eres la causa y motivo de su desaparición y de la pena del alma envuelta en mil perdones. Como hacerte entender, si el que te escribe no entiende de palabras ni llantos, que alguna vez en las hojas de tu memoria esta tinta no pudo secar.

Soy tuyo o para ti, comenzaba otra vez en la tormenta inconstante de tus recuerdos y volvía a evaporarse

Acabamos con un te amo y comenzamos con un quizás, pero en el camino te aseguro que nunca hubo dudas; menos aún, un pero, aunque, quien podría negar un quizás, que se escapa de entre las páginas blancas de momentos oscuros, haciendo temblar al cuerpo y el alma se hace débil ante su figura, volviéndonos infieles hasta en palabras.

Como poder amar toda una vida sin encontrar en la rutina ese pequeño segundo que lo arruina todo en la debilidad de un error fugaz…

De la pasión que sólo existe por una noche; noche en la que existimos tú, yo y el terrible deseo de borrarnos de esta tierra por los inagotables golpes de la conciencia.

Por siempre tuyo….leyeron sus ojos en aquella página en blanco, arrugada tantas veces por la desesperación de olvidarnos

….Prescindiendo del segundo en el que te perdí….


……


Firmó el poeta traicionero, que olvidó de amor en sus letras.