- ¿Y si te dijera que te amo?, preguntó con timidez el muchacho, que parecía abrir de sobre manera sus redondos ojos azules a la espera de su respuesta.
- Correría hacia la ventana y saltaría – dijo ella riendo entretenida
- Tampoco, ni que te lo fuera a decir – Su indignación era evidente pero se mantenía calmado para no levantar sospechas.
- ¿Por qué?, ¿me amas? – preguntó inquisidora, con una sonrisa escondida entre los dientes
- Ja, ya quisieras – se alejó el muchacho en dirección hacia la ventana, por ella, los carros se veían diminutos en ese doceavo piso miraflorino –seguro terminaría saltando por la ventana al segundo de decírtelo.
- ¿Para intentar atraparme? – Se volvió a reír ella.
- Ja------ Ja, que cómica eres. NO PARA CAERTE ENCIMA! – intenta bromear enfadado.
- Bueno, seguro eso es lo que quieres desde hace tiempo – No pudo contener la sonrisa y deja escapar una pequeña carcajada cuando se cruzan sus miradas y lo observa iracundo.
- Bueno, ¿sabes qué?, ¡me voy! – la esquivó a pasos agigantados intentando alcanzar el ascensor.
- ¿Pero te vas a ir sin escuchar mi respuesta?
- Ya sé, te tirarías del doceavo piso… ja….ja….chau – dio un paso dentro del ascensor y oprimió “LOBBY”, siempre había odiado lo lento y tedioso de ese aparato, parecía demorarse el doble o triple de cualquier otro ascensor para llegar a su destino, pero era entendible, era un edificio antiquísimo e iba de la mano con aquel modelo descontinuado que parecía sacado de una película en blanco y negro.
11….
10…
No podía dejar de pensar en sus ojos negros y redondos, como si en la más clara de las noches limeñas colgaran dos estrellas de inagotable dulzura, y ni hablar de su cuerpo, cada curva indescriptible, con movimientos capaces de deshacer del papel, esta tinta.
09…
08…
Con aquella piel morena, como tostada por el sol de febrero y endulzada en esos labios rosados que se colaban cada noche entre sus sueños.
07…
06…
Como odiaba la lentitud de este ascensor, como si fuera él, cómplice y autor de estrategias para mantenerla alejada de él, como si cada piso se volviera eterno y entre el quinto y el cuarto hubiesen años de separación que alimentaban su amor por ella, y a la vez, una desesperación terrible por verla.
05….
(Amor, Desesperación, impaciencia)
04…
No quiere pensar en ella, le ha dolido en el alma su respuesta, sabe ahora más que nunca: “Ella no te ama”, se repite y se lo vuelve a repetir y le duele tanto pensar que todo este sentimiento, tan grande, tan fuerte, quede recluido en una simple fantasía.
03…
La puerta del ascensor se abre, es Cristina. Se conocen desde hace años y han logrado entablar una amistad en los interminables minutos que hay del tercer piso al primero.
- Hola Bru, te veo molestó – acierta de buenas a primeras.
- Hola Cri, si otra vez lo mismo – acortan los nombres para ganarle al tiempo y saber un poco más de cada uno antes de tocar el suelo.
- ¿Otra vez ella no? – suspira, entiende que recolectando aquellos minutos año por año, podría terminar una novela de romanti-comedia que la harían ganar un premio, pero… que flojera escribir…
- No te quiero aburrir – intenta cortarla
- Nunca me aburres – le sonríe, él le devuelve la sonrisa pero con la desazón ganándole por dentro.
- ¿Qué te parece – dice ella – si en vez de despedirnos en el primer piso como siempre, nos vamos a tomar algo?
02…
01…
Ella observa desde su ventana en el doceavo piso, lo ve salir por la puerta con ella y siente un pequeño ardor en el pecho que logra ocultar como todas las veces hasta hoy, pero algo cambia esa noche, no se despiden en la entrada, caminan juntos cruzando la pista hasta su auto y él le abre la puerta.
El ardor en su pecho se generaliza y sus grandes y redondos ojos negros parecen estallarle, corre hasta el ascensor y aprieta el botón de subida mientras que en la pantallita superior ve un número en rojo que parece resistir a moverse…
01…
02…
Ella recuerda toda las veces en las que estuvo enferma y la cuidaba, los detalles para sus cumpleaños, los arrebatos y celos que la hacían reír y que poco a poco la enamoraban, sus ojos azules que parecían brillar cada vez que la miraba….
03…
04…
Conversan unos minutos, él de pie junto a su auto y ella sentada en el piloto haciéndole señas para que se siente junto a ella. Parece tentando y a la vez, sabe que realmente no quiere hacerlo….
Detrás de él escucha un grito casi sin aire
- ¡Hey tu! – él voltea y la ve despeinada, agitada y molesta, sus ojos negros brillan con una intensidad que lo atrapan - ¡SI TU!, ¿ADONDE CREES QUE VAS?
Se acerca a grandes zancadas al automóvil y cierra la puerta de golpe
- ¡Tú! – mirándola amenazante – PON PRIMERA Y ARRANCA
En una mezcla de indignación y miedo acelera embarrando sobre ellos el agua estancada bajo sus neumáticos, ella grita y maldice y a la vez intenta recuperar el aire perdido, con el pelo ensortijado y desordenado, un poco de barro en la ropa y en la cara, con los ojos casi salidos en una mezcla de negro con rojo y sus dientes chisteando; nunca la había visto más hermosa.
- ¿Por qué estas tan agitada? – le pregunta, aún sabiendo que bajo los doce pisos corriendo
- Es…a…. por… que…ría…. De…. Ascen…sor – dice rápidamente sin recuperar el aire.
- Pero, hubieras saltado por la ventana, así derrepente me caías encima – se ríe sin intentar disimular su sonrisa.
- Que…….Có….mi…..co…….ja……..ja
La coge de la mano y la lleva de vuelta al ascensor, él la mira con renovada confianza y ella lo mira con sus grandes y vulnerables ojos redondos. Ven la pequeña luz roja que empieza a bajar de su interminable travesía: 12…11…
Se acerca, ella se aleja, la apresa de la cintura y se vuelve a acercar, nariz con nariz sus ojos no pueden creer que se cumpla la fantasía y se besan durante los interminables minutos en los que el ascensor intenta llegar a su….un pitido los interrumpe y las puertas del ascensor se abren frente a ellos.
Miran atónitos la impresionante e inoportuna velocidad de su llegada, se ríen imaginando aquel maquiavélico plan del ascensor por separarlos, dan un paso en su interior y se vuelven a besar mientras las puertas se cierran apresuradas.
- Si se te ocurre ir rápido esta vez, te desarmo con mis propias manos – amenaza con firmeza a su enemigo y el conteo empieza otra vez.
1…
2…
Se besan….
3….
4…
Sus ojos se buscan, sus labios se piden (la desesperación está latente, pero es una desesperación diferente, les gusta)
5…
6…
La velocidad de su ascenso no los detiene, se aman, se toman, se besa, se abrazan
7…
8…
- Te amo – le dice ella
9…
10…
- Te amo – le dice él
11…
12…
Las puertas se abren en un santiamén
- ¿Vamos a mi cuarto? – le dice ella
Las puertas intentan cerrarse pero su brazo es más rápido y lo detiene. Se alejan a pasos agigantados mientras que con un pitido semi apagado el ascensor admite su derrota.