viernes, 25 de julio de 2008

Un amor en el tintero

Si te digo que te extraño con amor diré quizás que es un pedido del alma por lavar de mi memoria tus besos.

Julián, hombre de nacimiento, escritor sin vocación y romántico sin causa, mantenía la esperanza de escribir algo que la enamorara.

Si tú y yo somos la razón extinta de mil besos perdidos quisiera pedirte en esta ausencia de la palabra por tu corazón y por el mío.
Helena, mujer de nacimiento, musa sin compasión, mil poemas ajenos en la boca de un narrador.

Si yo fuera tuyo y tú fueras mía, te prometo una vez cada noche, amarte por el resto de mi vida y si fuera parte de tu propia alegría, nunca más me alejaría.
Carlos, ladrón de nacimiento, amante de las noches más oscuras de Helena, acusado de amar sin amor y culpable de lágrimas ajenas.

Tu lo amas a él mientras te amo y se pasa mi vida lentamente sin tus miradas, sin tus sonrisas, sin tu querer, y aún así sonrío, porque queriendo o sin querer aún de tus recuerdos vivo.
Mariana, Ángel eterno, por enamorarse de un hombre de nacimiento, desterrar al ladrón y obviar a la mujer, su felicidad reside en su palabra y sus penas se borran con el tiempo, porque por ahora lo quiere y mañana lo amara. Gracias a ella, a una mujer de nacimiento, aquel hombre olvidara.

Gracias por enamorarte de mis fantasías y vivir en mis más fingidas realidades, porque fue por ti que dejé de soñar despierto y vivir dormido ya que en tus besos vivo y en mis versos duermo.
El hombre, escritor sin vocación, arrugo por quinta vez una servilleta de papel y la lanzó a la nada, frente a él estaba ella sonriendo.

-Y dime, ¿Qué me has escrito?
-Que no necesito escribir cuando te tengo
Sus miradas se apagaron en un beso, porque a veces, solamente a veces, ni la tinta ni el papel tienen la fuerza, del amor de una mujer.

7 comentarios:

Francisco Pereira dijo...

Usted es un maestro de la palabra
Rodrigo, ¡cuanto talento!
Viva el castellano!

Rodrigo dijo...

Francisco, que bueno verte por acá de nuevo y que bien que te haya gustado el post, aunque este muy lejos de ser un maestro, cada día intento mejorar un poco y siempre estar leyendo y lo más importante viviendo, para sacar las experiencias que me hagan escribir mejor

un abrazo

*Tany* dijo...

Wow!
que linda historia... y me gustó mucho el final

a veces ni las letras ni las palabras pueden describir sentimientos.

Excelente Rodrigo!

Un saludo =)

Rodrigo dijo...

Si es una mezcla de ficción y realidad este post je, que bien que te haya gustado y esa frase para mi es una verdad, creo que hay cosas que simplemente no están hechas para ser escritas...y eso que me gusta escribir bastante jaja

gracias por el comentario, un abrazo

EfeR Soto dijo...

NO NECESITO ESCRIBIR CUANDO TE TENGO...
como no se me ocurrio a mi.
saludos y te invito a mi pag.

Rodrigo dijo...

Sisi, mi enamorada (“novia” si lees desde España y la palabra te suena muy melosa jaja) lo leyó y me dijo que nunca le dije eso...le dije nomás que se me ocurrió después jajaja

Gabriel Cordears dijo...

Asi es, "solamente a veces, ni la tinta ni el papel tienen la fuerza, del amor de una mujer" por no decir casi siempre.
Me gustó y me tocó. Qué buen escrito!
Un abrazo