Te miraba con la certeza de estar viendo la belleza hecha mujer, observaba como quien entiende el alma y describe el corazón. Y mirando un espacio vacío te veía jugar entre mis palabras. Eres la imagen muda de mis deseos y aun así no encuentro palabras para describirte, no encuentro el momento para explicarte y no me queda más salida que tan solo soñarte.
Así comenzó mi verso, del nacimiento de un nuevo día, como quien abre los ojos por primera vez y ve la vida como nunca antes se había visto, como algo nuevo, como algo que no entiendes pero que debes amar o dejas de existir ante la posibilidad de odiarla. Así te vi la primera vez que te cruzaste en mi mirada, se borró el recuerdo de cualquier otra mujer antes que tú y exististe en mí para siempre en un solo segundo.
Empecé a vivir solo para conocerte y que una sola de mis palabras cautivara tu mirada, me enseñaste a amarte sin señales, sin lecciones, sin momentos. Aprendí de solo verte y escucharte. ¿Qué es el amor?, para mi el amor es negro como tus ojos y suave como tu piel pero aun mas importante, es misterioso como tu caminar, como aquella danza de caderas que hipnotiza y esa sonrisa que solo tu sabes mostrar.
Recuérdame en el anonimato de tu pasado, yo te haré inmortal junto a mi tinta, sin decir nunca quien eres, ni tu nunca quien soy, para amarnos una vez mas en silencio como te enseñe yo y lo aprendiste tu. Puedes olvidar este verso, esta carta, este momento vivo que se volvió perpetuo pero no olvides este corazón que murió en mi pecho pero vive por siempre en el tuyo.
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