jueves, 27 de diciembre de 2007

Viviendo en Bob (de 10:36 a 12:20pm)

...2DA PARTE...
10:36 Día de verano limeño clásico, el cielo gris, panza de burro, parece que va a llover, pero en Lima no llueve, cae una mierda parecida al agua que luego de unas horas al secarse se convierte en barro, y luego, en algunos casos la piel expuesta empieza a mostrar síntomas de enrojecimiento y/o picazón.

10:45 Luego de casi diez minutos de caminar llego al paradero de bus.

10:50 Luego de cinco minutos me doy cuenta que los buses en este país o mejor llamados combis paran en cualquier lugar menos en los paraderos, me dispongo a moverme unos metros

10:51 No pasa ni un minuto cuando un experimentado chofer de combi por poco me mata frenando a escasos metros de la berma, luego de unos instantes de reflexión me doy cuenta que es mi culpa, cuarta conclusión: Las calles limeñas son muy pequeñas para el despliegue de habilidades de los señores combistas.

10:52 Un señor de aspecto poco agradable se sujeta de la puerta abierta de la combi, grita a ritmo reguetonero que suban todos, que hay espacio, observo rápidamente y me doy cuenta que hay tanto espacio en la combi como en el espacio que existe entre mi piel y mi pantalón y es que mi madre en su afán por que baje de peso siempre me compra una talla menos.

10:53 quinta conclusión: voy con un pantaloncito apretado por culpa de mi madre, mi madre no me quiere.

10:59 Voy de pie, me cogería de las barras de seguridad de la combi pero hay tanta gente a mi alrededor que no necesito moverme para mantener el equilibrio.

11:11 La gente sigue subiendo, nadie baja, comienzo a creer en la magia, a que ni el puto Coperfield se compara con nuestro cobrador de combi que debe ser un físico de renombre ya que sabe colocar la materia (ósea a la gente) en espacios internos reducidos de más materia (interior de la combi)

11:12 Composición interna de la combi (según el físico/matemático/cobrador de combi): cuatro mamacitas que tan mas ricas que el pan, cinco gorditos que van a pagar doble pasaje, un gordito con pantaloncito apretado “probable chimbombo”, veintisiete mujeres feas, tres mujeres realmente feas, tres entes con probabilidades de ser mujer (única forma de saberlo con seguridad es palpando) cuarenta y cinco mañosones tranquilos, tres mañosones/violadores en potencia, un mariconcito confirmado. Composición de la base: 2% acero, 88% fibra de vidrio, 3% plástico, 5% sudores y gases peligrosos en potencias, 2% sustancias desconocidas probablemente nocivas para el ser humano normal. (Vale recalcar que el peruano no es un ser humano normal, es un ente vivo inmune a al 95% de bacterias en el mundo y nocivo para el otro 5%)

11:35 parece que hemos logrado movernos dos cuadras, lo espectacular es que han entrado otras quince personas

11:43 Un señor muy amable me mira de lejos y me sonríe

11:45 El señor amable parece intentar acercarse a mi entre todo el montón de gente

11:47 El señor amable a logrado posicionarse detrás mío y se pega de una manera realmente incomoda a mi, ahora me sonríe….y me respira en la nuca.

11:50 El señor me roza delicadamente, empiezo a pensar que no es tan amable como parecía

11:52 El hijo de puta detrás de mi nuca me da una palmada en el trasero, decido actuar como un caballero, me doy la vuelta y le digo que a pesar del pantalón apretado pertenezco al grupo de “amantes de las mujeres”

11:55 El hijo de la grandísima puta me vuelve a tocar el trasero, decido actuar como caballero y le pido que por favor se detenga, que por ahí no se despacha.

12:01 El hijo de la chucha de su madre que lo pareo intenta alcanzar a Bobsillo que se ha enrollado y encogido estratégicamente luego de dichos sucesos, decido actuar como un caballero y le rompo la cara a codazos.

12:05 El caballero ilustre llámese en este momento: cobrador de combi, me ha pedido que por favor me retire de la combi (en otras palabras, me ha botado de la combi… y me ha cobrado doble pasaje)

12:07 Decido tomar un taxi porque solo llegue a avanzar 6 cuadras desde que tome aquel transporte y si mi trayecto empezaba en surco y debía acabar en Barranco y sabiendo también que mi hora de entrada al trabajo era a las 10am decido apresurarme.

12:17 Gracias a los dotes de el señor conductor dígase taxista y el modelo de su rapidísimo auto (Tico amarillo) logro llegar en diez minutos a mi trabajo, me dispongo a pagarle cuando me doy cuenta que el grandísimo hijo de la chucha de su madre hijo de la putisima, llámese en este momento: el señor amable que me soplaba en la nuca, no solo había abusado de mi física y mentalmente, se había llevado también mi billetera.

12:18 Le explico al caballero ilustre, llámese ahora taxista mi falta de fortuna, él escucha atentamente y me entiende, me da unas palmadas en la espalda y con esa gran aptitud para tratar con sus pasajeros me pide que decida entre un par de opciones. Opción A: Entregarle mi reloj, Opción B: Ser molido a palos por la barra de acero que se encuentra debajo de su asiento para luego ser acuchillado por la navaja que se encuentra en el compartimiento delantero del auto. Pienso detenidamente y escojo la opción A.

12:20 Me encuentro frente a las puertas de mi trabajo, saludo efusivamente al portero del edificio y él me devuelve los saludos con un cariñoso dedo del medio; sexta conclusión: El ilustre señor del taxi, el hijo de la grandísima puta de la combi y el portero del edificio de mi trabajo deben ser amigos.
CONTINUARA...

Viviendo en Bob (De 6:05 a 10:35 am)



06:05 Su barriga semidesnuda cubierta por un pequeño polo blanco que no le llega a cubrir ni el ombligo es lo mas notorio en un dormido Bob, Claro, si no contamos los ronquidos intermitentes y desesperantes, claro, si no contamos el babeo continuo, claro, si no contamos la constante echada de gases que se manda, después de eso, un apacible Bob duerme en una cama que parece ser muy pequeña para él.

06:12 Un pedito, luego, los constantes ronquidos de Bob

06:15 Otro pedito…

06:30 Un conjunto de pedos, empieza la serenata, Bob sigue dormido, que dulce se le ve a Bob.

8:45 La alarma de Bob repica varias veces, Bob gira un poco hacia la izquierda sin abrir los ojos, luego gira lentamente a la derecha hasta quedar en la posición inicial, otro pedito.

8:50 La alarma vuelve a sonar, Bob deja de roncar y golpea el reloj con la palma de su mano, primera conclusión: a Bob no le agrada su despertador.

9:00 Una señora con cara de pocos amigos abre la puerta del cuarto, da un paso adelante, da un paso atrás y vuelve a cerrar la puerta.

9:01 La misma señora ahora con un ambientador en cada mano entra echando una humareda de dicho químico, mira con ojos amorosos al que parece ser su hijo, lo descubro cuando ella lo despierta afectivamente con un “¡despierta vagabuno, que pecados he cometido para tenerte!”

9:15 Bob abre un ojo, Bob abre el otro, Bob me mira y me dice que deje de relatar lo que hace, que parezco un imbecil, algo de imbecil debo tener, soy su hermano, abandono el cuarto (ahora hablo en voz bajita para que no me escuche)

9:32 Llovizna ligera, temperatura 10 grados centígrados y disminuyendo, velocidad del viento; como un puto huracán.

9:35 Me doy cuenta que no es una llovizna, (soy Bob, si yo también hablo en voz alta, en voz baja y a veces pienso lo que digo pero sin decirlo, ósea pienso, pero solo a veces) es la mierda de ducha que tengo que el agua sale en gotero, la temperatura y el viento están así porque olvide cerrar la ventana antes de entrar a echarme un duchazo, observo una persona del otro lado del edificio fisgoneando detenidamente, me da flojera acercarme a cerrarla, un desnudo artístico gratis a estas horas de la mañana.

9:40 El sujeto del otro edificio ha llamado a la que parece ser su esposa, ahora los dos me observan

9:43 El sujeto, la esposa, y dos sujetos mas me miran detenidamente, ya en este punto me parece una descortesía no saludar así que levanto mi mano derecha y les sonrío.

9:44 El sujeto, la esposa y cuatro sujetos mas me devuelven el saludo, que gente para mas amable. Decido darles la espalda por un segundo y jabonarme el trasero, regreso la mirada hacia el edificio de enfrente, ya no hay nadie.

9:50 Salgo de la ducha y antes de secarme quedo hipnotizado ante el espejo: barba semi-crecida, pectorales como un par de tetas, cuatro kilos de sobre peso, quizás cinco, o digamos seis, bueno que importa el peso, miembro acompañante masculino llámese Bobsito ligeramente encogido, segunda conclusión: hace frío.

10:35 Bajo rápidamente las escaleras, mi madre me apresura, deja en claro que voy una hora tarde al trabajo, que acelere el paso, ¿ya para que? si entre una hora a hora y media tarde joden igual, no hay desayuno sobre la mesa, no hay jugo, mi madre grita un par de cosas mas hacia mi persona, no la llego a entender pero creo que se a insultado a ella misma, tomo las llaves del auto, me despido afectivamente de mi madre (a la distancia) y cierro la puerta, tercera conclusión: Mi madre no me quiere.

CONTINUARA...

domingo, 23 de diciembre de 2007

Hilos de Luz

¿Puedes ver en mi oscuridad?... deja que abra tus ojos, deja que muestre el mundo como lo veo; un mundo lleno de colores en un alma tan oscura como la mía. ¿Sensibilidad?... eso es lo que les brindo, toda la pasión en mis letras para hacerlos experimentar todo aquello que no quise sentir.
El mundo no es un cuento de hadas, es honesto y falso a la vez y lo único que puede resultar de tal dualidad es el dolor casi físico de un alma que deja de ser muda ante mi tinta.



Caminaba bajo un cielo despejado, la noche no se comparaba a su penumbra y el silencio era su única melodía, había recorrido distancias infinitas para pisar ese continente, escapando al fin de sus demonios, encontrase hoy a un océano de distancia y España era nuevamente: su libre prisión. Marchaba ocultando siempre sus ojos verde oscuro y un aroma, mezcla de animal salvaje y lavanda se perdían junto a sus pasos, su barba semi crecida ocultaban la carencia de una sonrisa y un tajo vertical en su yugular se perdía hasta ocultarse en su pecho.

En toda historia existe un balance, un yin yang, la bondad y la maldad, ese cálculo perfecto que une toda las cosas; esta es su excepción, aquí solo reside esa pizca de esperanza que es comparada únicamente a un pequeño hilo de luz perdiéndose entre las sombras; lo bueno había desaparecido mucho antes de comenzar esta historia, la única oscuridad que él amó se perdió en aquellos redondos ojos negros que pasaron al recuerdo del olvido y como quien se aferra a la vida, él lo hace ante la noche, la única capaz de recrear ese brillo perfecto representado en una estrella, eso era ella para él, una pequeña luz en el firmamento, un deseo olvidado en el dolor de un corazón moribundo.


Síguelo con la mirada, no lo pierdas, observa como su piel se cristaliza con el frio, inconveniente que no lo detiene en aquel crudo invierno europeo, una sucia plazuela y el ruido de la gente lo sitúan en un recuerdo barranquino, ni mejor ni peor que aquel distrito. Se detiene ante la inmensidad de una pequeña puerta que congela sus dedos, debe tocar pero no sabe como, debe hacerlo por el recuerdo de amor que alguna vez tuvo pero tiene miedo, en un rostro sin expresiones me detengo violentamente ante su mirada y casi puedo vislumbrar su alma, terrible verdad la que me cuenta, olvidándose del tiempo por un segundo; el reloj que marcaba las ocho ya no se mueve y recupero tres años relegados.

Es él, que a la vez soy yo, pero sonrío y no lo entiendo, nos rodean paredes blancas y una sonrisa en mi rostro, en su rostro, en el rostro de aquel extraño que dícese sigue siendo yo, besa un recuerdo cautivo, el verde oscuro de mis ojos se pierde en la negrura de su ser rozando delicadamente su piel y la vuelve a querer en un minuto olvidado, en un mundo diferente donde las sombras no lo acompañan en una eterna soledad.

El ruido del timbre lo devuelve a esa realidad inhóspita, dedo traicionero que aprovechó el desliz de su mente para moverse sin su consentimiento, ya no hay nada que pueda hacer, el reloj ha vuelto a fijar su rumbo y avanza nuevamente sin piedad aunque la espera se haga eterna. Una mujer curtida, oculta entre los hábitos de Dios y una cruz colgante que parece insultarlo, lo recibe.

No saluda, no habla, extiende su mano y libera la carta que hasta este momento era invisible para ustedes, los ojos de la mujer repasan lentamente lo que para muchos, tan solo seria tinta y papel, para ella, un pedido final del corazón y para él un último camino hacia la esperanza. La mujer levanta la vista sorprendida y busca con cautela sus ojos, sus palabras son escuchadas por mí, por él, por ella, pero esa voz no les pertenece y su secreto permanece intacto.

La sigue sigilosamente pero no evita los murmullos, el suspenso se ha apoderado del momento y el tiempo caprichoso marca las distancias, otra vez y por última vez ante una puerta blanca en un corredor infinito, la mujer busca en su túnica un manojo de llaves y en el primer intento encuentra la combinación final a este momento. No cruje al abrirse, se mantiene el silencio, por un segundo el cuarto sigue oscuro, no hay luz, no hay vida, no hay esperanza para aquel hombre pero lentamente se da cuenta de su error, primero es un hilo delgado y frágil, luego son miles, forman un camino diminuto hacia una cama pequeña.

El hombre siente miedo y no puede moverse pero una delicada brisa lo obliga, la mujer sigue de pie, en el marco de la puerta sin decir palabras. Sus ojos acostumbrados ya a las sombras pueden ver mejor que nadie, tan pequeña, tan frágil, tan dulce, dormía apacible y sin miedos, su cabellera rizada cubría unos pómulos tersos y delgados y una diminuta boca se mantiene cerrada mientras duerme, pasa una mano cariñosamente por su rostro y siente la ternura de su piel, esta aterrorizado. La mira y la observa; es ella, respira hondo y huele inocencia, siente como late el corazón y una lágrima se escapa de la celda eterna de su alma, lagrimas que prometió no volver a derramar el mismo día que enterró a la mujer que amaba.

Lo quería tanto y fue ese mismo cariño lo que la animó a escribir esa carta dos meses antes de su muerte, una familia que me odiaba se había encargado de esconder esa verdad lejos de mi pero bastó una sola noche de remordimiento para que el recuerdo hecho tinta llegara de las mismas manos de un padre que siempre me odió pero que entendió después de años que esas palabras no eran suyas.

La pequeña abrió los ojos y mi corazón se detuvo, el tiempo se detuvo, ese infame péndulo que decide la velocidad de mis momentos volvió a congelarse, eran los ojos de la noche con una sola estrella, sus ojos, caí arrodillado a su lado y la besé, la niña sin saber que pasaba me devolvió el beso, sonreí, él volvió a sonreír. Un fragmento de papel se dejó caer de entre sus manos, su tinta se escondía en la oscuridad de una habitación sin palabras, pero esos pequeños hilos de luz dejaron en evidencia una frase llena de emoción:
…tiene tu sonrisa...

la ultima mascara

Hoy expuse en el ruido de mi alma un grito silencioso, intentando mostrar algo que nunca fui, por primera vez yo mismo, en el funeral de mis palabras escuché una ultima suplica, pero no la llegue a entender.

Hubo un amor aparente, sus lagrimas escribieron mi ultimo poema y su llanto sello mi ultima palabra, la escucho y la veo pero no la siento, ese siempre fue mi problema, la falta de corazón me hizo crear una personalidad amable y fácil de querer, era tan simple hacer sonreír a la gente, es una mezcla de movimientos aprendidos y frases repetidas que causan el mismo efecto; un te amo, un te quiero, un te extraño.

¿Que significa eso?, solo Dios lo sabe y quizás uno que otro corazón extraño en esta tierra de imperfecciones y engaños. Viví mintiendo y me traicione a mi mismo, cargo con el pecado de haber sido amado sin amar y aun así con la fuerza suficiente para levantar esta ultima hoja en mi oscuridad.

No soy como me describen ni como me describí a mi mismo, soy mucho mas que eso y a la vez intento ser nada a comparación del mundo; la imagen de algo tan profundo en unas cuantas palabras superficiales.

¿Quién soy yo para pedir que esos ojos sombríos y a la vez tan perfectos no lloren mi nombre por última vez? Dejare que ame mi recuerdo, que sonría con el fugaz decir de una palabra perdida y que llore sus soledades sin mi pero jamás la haré ver mi rostro detrás de la ultima mascara que me dio la vida, lloraras mi mentira y vivirás en tus propias palabras un recuerdo lejano que pudo ser descrito como la esencia de mi ultima presencia.