miércoles, 5 de marzo de 2008

Reflexiones

Ya no logro ser uno mismo porque me debo al mundo, ya no consigo esconderme de mis palabras porque son de todos, ya no sé existir en un solo verso porque todo cambia, nada se mantiene y soy alguien diferente después de mi última palabra.

Si yo no fui lo que tu querías y yo nunca quise ser lo que por desdicha fui para ti, porque olvidamos las palabras y nos unimos en un solo silencio que anhelé fuese eterno, pero fue tan fugas como mi péndola.

Soy todo lo que cambia y no busco describirme a mi mismo, no escudriño la esencia aristotélica ni la verdad platónica, tengo las respuestas más simples a las contrariedades más ambiguas. Soy la palabra que inquieres y no entiendes, soy la explicación vacante de mis propias señales.

Guardo tan solo la esperanza de no volver a esperanzarme. Guardo en ti el recuerdo de no volver a querer para quererte de nuevo y envolverme en mis palabras para no entenderme una vez más.

Así comienzo y así acabo, con el fin de encontrarte antes de que el sol se ponga en un horizonte que dejé pintado de naranja solo por ti….


Fuiste la luz en las más tristes noches del alma, la vela que no se apaga, el fuego que no se cansa, la llama que no se extingue pero ya no te necesito. Hoy mientras yo vivo de día, tú existes de noche.

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