sábado, 26 de abril de 2008

En tu sangre mi dolor




Ni la sangre, ni el dolor. Ni el miedo ni el terror. El pasado es una metáfora incompleta de mi país que parece desaparecer en un alzheimer colectivo que se pierde y no se vuelve a encontrar.

Un conjunto de personas incapaces y aciagas decidieron por toda una nación defender a la muerte. Y un continente Europeo sin derecho decidió concluir por nosotros que la Muerte el Repudio, la Traición y el Asco de un grupo subversivo se mantuviera vivo como una fuerza insurgente.

Al margen de la lista negra a la que pertenecen, ¿como es posible que haya un solo ser humano que defienda una causa que trae consigo dolor y lágrimas?

Donde quedan ahora los peruanos que sufrieron, los que murieron, los que morirán en el silencio de una decisión reprochable e infame. Millones de almas gritan lastimeras y solo Dios escucha su llanto.

El MRTA es y seguirá siendo una organización terrorista, no se si aborrecer más a aquellos que siembran el mal y el terror o aquellos que condonan el olvido, borran el pasado y desvían su mirada ante los sollozos y el sufrimiento que erradamente se vuelve ajenos a nuestras vidas.

Escribo estas líneas por todos aquellos que vivieron el terror, porque si fuera uno, no aguantaría el sufrimiento de escuchar que alguien que no experimentó su miedo, sea la voz del perdón para lo imperdonable. Me encuentro en un punto exacto donde mi imaginación falla y solo una expresión sublime es capaz de describir la atrocidad que los encierra.




sábado, 12 de abril de 2008

Otra vez tú, otra vez yo....





Estoy sentado, en un oscuro lugar de mi mundo intentando encontrar las palabras precisas para empezar. Quiero contar algo pero todavía no se que es, quizás quiero hablar de ella pero aún no, esperaré.

Otra vez tú, otra vez yo, otra vez el mundo en mi contra y solo mi tinta es capaz de imaginar que puedo vencer la barrera que nos separa, porque el amor recorre distancias infinitas pero no llena corazones vacíos.

Otra vez tú, otra vez yo pero ahora esta él y me ahogo en un recuerdo olvidado, ruego una vez más que no me entiendas, que no me leas, que no esperes que deje de esperar, porque soy la razón extinta de un sentimiento irreverente, de un momento de locura que se escurre entre tus labios.

Me vuelvo infinito en mi rincón, porque cuando escribo solo existo yo pensando en ti y de esta forma existimos tan solo los dos. Pero, ¿Qué somos?... Somos dos gotas de tinta en la eternidad de mis palabras, en la ausencia de mis recuerdos y en la fragancia de tus momentos.

Eso somos y eso seguiré siendo para ti, nada más ni nada menos, no esperaré que me ames por eso. Yo anticipo lentamente tu olvido y olvido lentamente que te espero…

viernes, 11 de abril de 2008

Su Coca Cola 1.1 (renovada de la cola de mis recuerdos)


- ¿Quiero una coca cola?


- ¿Que?....Gili, son las seis de la mañana…


Las noche se había hecho corta entre las cervezas, las palabras y la resaca, una mujer, dicese por el momento familia, dicese ahora mi hermana, despertó con el cargo de conciencia de muchos amores y pocos recuerdos. Hay que tener en claro que los errores suelen repetirse y nacen con más frecuencia en compañía del alcohol.


La soledad era su más triste enemigo y tomar en su compañía no suele terminar bien. Hice un largo viaje para confirmar sus penas y lo que le causaba más dolor, sus soledades, no era una ni eran muchas pero eran tan diferentes cada vez que las mostraba que podían confundir al ojo más experto y a toda mirada sigilosa que se perdía entre sus lágrimas.


Llenarlo, eran cuatro los hombres, eran cuatro los nombres y era uno el culpable de la poca fe que le tenía al amor, de todo los intentos de llenar un vacío con el sentimiento equivocado. Había sido la mujer del despecho, la mujer de la indiferencia, la mujer del odio y una vez la princesa para alguien que nunca fue príncipe ante sus ojos. Su único deseo era ser la mujer del amor pero había aprendido una sola lección en el camino: cupido es un hijo de puta y sus flechas una puta mierda.


La escuchaba casi despierto, casi dormido, era la victima culpable de un crimen imperfecto, el del amor sin amor. Casi a sus treinta años se encontraba en una frontera casi tangible, de decepción y desesperación que la envolvían aún en esa soledad cada vez más oscura y permanente.


- Tengo la oportunidad de darte una solución – le dije como quien imita a los sabios


- Dime – me miró triste y desconsolada, como si supiera que mi respuesta no llegaría a ser la solución a un problema que llevaba alimentándose de ella más de un año.


- Deja de llenar tu vida de hombres vacíos y tu soledad dejara de ser tu cárcel para ser el puente que encuentre esas dos manos que falten para sostenerlo.


- Porque un puente no se sostiene de un solo lado….


- ….si, una vez me lo dijo alguien que quiero y no necesita las respuestas de mi boca porque sabe que las tiene, solo debe aprender a escucharse


- ¿Entonces?


- Entonces tengo sueño, quiero dormir y solo hay una respuesta más que puedo darte


- ¿Cuál? – preguntó ignorando otros dilemas


- No existe hombre en este mundo que…


- ¿Qué, que?.....¿que me ame?, ¿Qué me quiera?, ¿Qué me llene?


- No, que te vaya a vender una coca cola a esta hora

miércoles, 2 de abril de 2008

A un cuatro de Abril al que no escribire

Por los momentos de ausencia que se volvieron eternos quería pedirte perdón, porque no supe estar ahí cuando más me necesitaste y porque te perdí antes de tiempo, con la seguridad de saber que siempre te tendría a mi lado.

Me he arrepentido pocas veces en mi vida pero sucedió, ha pasado casi un año y siento aún que estas conmigo, que no te has ido, que la muerte me ha jugado una broma y sigues acá, escondiéndote, bromeando, alegre como eras y como me enseñaste a ser.

Una vez me dijiste que desperdiciaste tu vida, que fuiste la víctima perfecta de mil momentos que no fueron tuyos. Que habías dejado ir todo lo bueno en tu vida y que nunca reflejaste virtudes ni ejemplos. Hierba mala nunca muere y te equivocaste. Porque nunca serás un recuerdo extraviado, para mí eres, fuiste, un corazón incomprendido, víctima de la indiferencia de un mundo que caminó a espaldas tuyas.

Yo me hice camino, te seguí, aprendí de ti lo bueno y obvié lo malo, te quise como a un padre y te traté como un mal hijo y después de veinte años de vida sin dejar escapar una sola lágrima lloré tan lejos de ti al perderte. Te fuiste en el peor momento y en la más ingrata situación. Nunca pude vestir de negro mi alma ni gritar que te extrañaría…

Cuatro lágrimas y un funeral, cuatro lágrimas y un recuerdo, cuatro lágrimas y un mar eterno de soledad y arrepentimiento. Un cuatro de abril decidiste dejar de llorar para que lloren los pocos que siempre estuvieron junto a ti.

Quisiera poder escribir mejor y llenar en cada una de mis palabras una pizca de sentimiento, quisiera llorar escribiendo y no tan solo escribir, quisiera hacer de esta hoja algo inmortal para tenerte ahí, pero no encuentro hoy la inspiración.

Esto va dedicado a mi querido Tío, al que todos juzgaron, al que nadie entendió, y en sus últimos momentos estuve tan lejos que nunca pude decirle adiós. Aquí estoy yo, recordándote, intentando encontrar las palabras para despedirme....

para decirte hola, para decirte adiós.


Y donde quiera que estés sepas que te quiero…