Las manos del soldado tocaron sus cabellos rubios con delicadeza y por primera vez sus ojos muertos revivieron en ella, la tenía al frente y la había tenido durante tanto tiempo que gozaba del olvido de amar, recordó a la mujer que le juró amor eterno pero ya no estaba con ella, lo había dejado solo, Ese Dios al que tanta fe le tenía se la había llevado de la peor manera y ahora él ahí, con ella, sin saber como amarla, sin querer amarla pero amándola al final de cuentas, nunca lo vio llegar. Siempre la quisiste pero nunca te diste cuenta de tus sentimientos hasta esta noche, le dijo una voz semi distante a la que llamo alma, la mujer lo miraba con una mezcla de sentimientos que no podía describir tan fácilmente, estaba mirando a los ojos a un extraño o a un amigo. O quizás ninguno de los dos, ¿Quién era aquel hombre que le había robado un beso?
Su cuerpo tenso no encontraba respuestas y el brillo en sus ojos alimentaban el alma de un hombre que había prohibido llevarla en esa vida, la miraba fijamente y sabía por primera vez en su existencia que iba ser imposible cumplir con su misión, la delicadeza de su corazón lo poseía vencido y aun estaba de pie, peleando contra sus demonios, una de las peleas mas infames y violentas que se pueden dar, y de nuevo estaba ella pero no lo sabia o quizás si, pero no podía decir nada, el soldado se sintió atrapado entre dos cuerpos.
El tiempo se había detenido, sus manos recorrían la ternura de su piel y sus ojos habían quedado suspendidos en la nada de sus miradas, los dos intentaban encontrar respuestas en ellos sin palabras de por medio y no podían. Ella acercó lentamente la palma de su mano y la colocó en su pecho, sintió los latidos de su corazón con fuerza, un golpe palpitante tan fuerte que parecía pedirle auxilio, juntaron los labios nuevamente pero esta vez no se quedaron inmóviles en el frío de la incertidumbre sino que los dos respondieron a un impulso mas allá de lo explicable.
"Te lo revelare todo cuando pueda", logró decir en ese silencio poético que los envolvía y como una sombra desapareció en la oscuridad de la noche y ni el rocío de la hierba delató sus pasos.
Su cuerpo tenso no encontraba respuestas y el brillo en sus ojos alimentaban el alma de un hombre que había prohibido llevarla en esa vida, la miraba fijamente y sabía por primera vez en su existencia que iba ser imposible cumplir con su misión, la delicadeza de su corazón lo poseía vencido y aun estaba de pie, peleando contra sus demonios, una de las peleas mas infames y violentas que se pueden dar, y de nuevo estaba ella pero no lo sabia o quizás si, pero no podía decir nada, el soldado se sintió atrapado entre dos cuerpos.
El tiempo se había detenido, sus manos recorrían la ternura de su piel y sus ojos habían quedado suspendidos en la nada de sus miradas, los dos intentaban encontrar respuestas en ellos sin palabras de por medio y no podían. Ella acercó lentamente la palma de su mano y la colocó en su pecho, sintió los latidos de su corazón con fuerza, un golpe palpitante tan fuerte que parecía pedirle auxilio, juntaron los labios nuevamente pero esta vez no se quedaron inmóviles en el frío de la incertidumbre sino que los dos respondieron a un impulso mas allá de lo explicable.
"Te lo revelare todo cuando pueda", logró decir en ese silencio poético que los envolvía y como una sombra desapareció en la oscuridad de la noche y ni el rocío de la hierba delató sus pasos.
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